Háblame sucio: Sugerencias para practicar el Dirty Talk
Ahora rescato algunas sugerencias para quienes deseen probar este juego erótico. Cuando los hombres de aquí cuentan delante de mí historias sucias o lascivas, apenas sonrío. Estos fragmentos fueron escritos por James Joyce en cartas que escribió a su esposa Nora. Al gran escritor irlandés le iba la escatología. Yo ya he avisado. Hay quien le encanta hablar y que le hablen mucho y otras personas se desconcentran. En el momento que consideró oportuno, me suplicó que le dijera palabrotas.
Pensaría que soy alguien débil, tal y como se lo he mostrado. La razón es la misma, no hay congruencia en lo que digo o pienso. Falta de congruencia. Esto lo puedes observar en muchos humoristas. Empiezan a perder el control de la audiencia en cuanto falta congruencia, y con ella su seguridad va disminuyendo. Y el publico ya no ríe tanto. Y va cayendo desde el escenario poco a poco. Los tíos la tenemos, también, es sólo que en realidad no la escuchamos o desarrollamos. Como ves, una chica empieza a trabajar en su ligera intuición desde la primera vez que empieza a hablar con chicos.